miércoles, 19 de enero de 2011

Una amistad verdadera y leal

Una amistad verdadera y leal

Cuando Josefina se queda temporalmente ciega, Patito y las demás se dan cuenta del cambio que supone para una persona perder uno de sus sentidos. Sin embargo, eso mismo la convierte en una amiga aún más especial.


¡Diferente, pero igual!
Gracias a la concienciación social, las personas discapacitadas son cada vez más visibles en la sociedad. Acuden a la escuela, juegan en los parques y pasean por la calle sin que se les mire raro como pasaba antes. Conforme pasan los años, llegan más lejos en una sociedad que hasta hace apenas unas décadas los marginaba. Y es que, por mucho que se les considere diferentes porque son ciegos, mudos, sordos o paralíticos, no dejan de ser personas normales como cualquier otra. Se merecen el mismo respeto, el mismo cariño y las mismas oportunidades, ¿verdad?
Una más en el grupo
Es probable que en tu clase o en tu curso haya alguna chica o chico con esta clase de problemas. Para esa persona puede ser complicado el día a día en el colegio. No tanto por su discapacidad, sino porque a esta edad se suele ser más sensible a una situación así. Además está el factor de la timidez, que se multiplica si notan que las están mirando y cuchichean a su alrededor constantemente. Para ellos, sentirse como uno más en el grupo es importantísimo. Por eso hay que tratarles con normalidad.

Sensibilidad y paciencia
Ante una persona con discapacidad, hay que tener sensibilidad y paciencia. Eso no significa sobreprotegerla, porque seguro que se puede defender por sí misma en casi cualquier situación. Pero hay que tener en cuenta que cosas que tú puedes hacer fácilmente y rápido, a ella le costará un poquito más. Si eres de las impacientes, de esas que se ponen nerviosas enseguida, aprende a tomarte las cosas con más calma. ¿No irás a perder una buena amistad por llegar a un sitio cinco minutos antes?

Un apoyo esencial
Una persona discapacitada siempre se va a encontrar con gente que va a la suya y no mira por los demás. Por ese motivo es importante que tenga amigos que le echen una mano de vez en cuando, que le pongan las cosas un poco más fáciles. Por ejemplo, si tienes una amiga sordomuda, puedes probar a aprender el lenguaje de signos. Aunque solamente sean frases básicas, seguro que se sentirá más segura. Y a una persona ciega siempre debes hablarle cuando te estás acercando, en vez de hacerlo justo cuando estás frente a ella.

Amigas para siempre
A todas nos gusta pensar que las amigas que tenemos hoy serán nuestras amigas para siempre. Que creceremos juntas, que iremos las unas a las bodas de las otras, que nuestros hijos jugarán juntos… La vida da muchas vueltas y pocas veces se cumple ese sueño, pero a veces lo hace. Cuando se trata de la amistad con una persona discapacitada, esa amistad se hace tan especial por el cariño que se da y se recibe, por todo lo que se siente y se sufre en ambos sentidos, que extraña vez se rompe. Puede que esa chica no te oiga, no te pueda hablar o no te vea, pero sabe que la aprecias mucho y que te esfuerzas para que se sienta bien a tu lado. Como haces con cualquier otra amiga. Eso hace que vuestra amistad sea muy fuerte. Especial. ¡Y una amistad así dura para toda la vida!

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