Mi visita a la Villa Epecuén.. (17/9/2011)
Vidas que tuvieron que cambiar de hogar..
Villa turística fundada en 1920. Tenía un gran número de visitantes y turistas gracias a sus termas con propiedades curativas.
Llegó a tener 1.500 habitantes estables.
El 10 de noviembre de 1985 un enorme caudal de agua inundó gran parte de la ciudad. En 1986 la villa desapareció. El pueblo poseía 4 m de agua en sus calles, llegando en 1993 a más de 10 m.
En mis fotos me pueden ver sentada en el marco de la ventana de una casa y en la entrada de otra con unos árboles, también un boulevard con postes de luz derribados y asientos, donde se tomaba mate con amigos.
La soledad de un bosque sin hojas pero mantenido gracias a la salinidad del agua que había inundado la ciudad. En otra foto vemos uno de los pocos edificios que sigue en pie (este era uno de los más famosos hoteles de la época) y una casa con quincho donde vivía un hombre adinerado.
Pero lo que más me dio pena, fue el recuerdo que se llevan todas aquellas personas que han vivido allí: los primeros pasos de un niño, las risas, los llantos, los almuerzos, “la vuelta al perro”, hasta los amores..
Muchos sentimientos que quedan en el corazón, y en las aguas del lago Epecuén.
Vidas que tuvieron que cambiar de hogar..
Villa turística fundada en 1920. Tenía un gran número de visitantes y turistas gracias a sus termas con propiedades curativas.
Llegó a tener 1.500 habitantes estables.
El 10 de noviembre de 1985 un enorme caudal de agua inundó gran parte de la ciudad. En 1986 la villa desapareció. El pueblo poseía 4 m de agua en sus calles, llegando en 1993 a más de 10 m.
En mis fotos me pueden ver sentada en el marco de la ventana de una casa y en la entrada de otra con unos árboles, también un boulevard con postes de luz derribados y asientos, donde se tomaba mate con amigos.
La soledad de un bosque sin hojas pero mantenido gracias a la salinidad del agua que había inundado la ciudad. En otra foto vemos uno de los pocos edificios que sigue en pie (este era uno de los más famosos hoteles de la época) y una casa con quincho donde vivía un hombre adinerado.
Pero lo que más me dio pena, fue el recuerdo que se llevan todas aquellas personas que han vivido allí: los primeros pasos de un niño, las risas, los llantos, los almuerzos, “la vuelta al perro”, hasta los amores..
Muchos sentimientos que quedan en el corazón, y en las aguas del lago Epecuén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario