martes, 15 de marzo de 2011

Si has vivido un amor de verano…

Si has vivido un amor de verano…

foto de Tamara con una flor de tela
Las vacaciones son uno de los momentos más emocionantes del año. Sales a divertir te con tus amiga s, viajas con tu familia… y a menudo aparece un chico especial en tu vida. Son los amores de verano que nunca se olvidan. Si a ti te ha ocurrido este año o alguna vez antes… sabrás de lo que hablo…
Quiero ser su amiga
Acabas de llegar al lugar que ha escogido tu familia para pasar las vacaciones y desconectar del trabajo, las clases y la rutina diaria. Aun así, ya te lo has cruzado varias veces. Tiene algo especial: su look, su sonrisa, sus ojos… Cada vez que lo miras se te acelera el corazón. Cuando vuestros caminos se cruzan, lo miras tímidamente, sin que se dé cuenta y pasas a su lado bajando la mirada. ¡Ruegas que no note que estás como un tomate! Y cuando ya lo tienes caminando en dirección contraria a la tuya, no dejas de pensar en cómo conoceros y haceros amigos.
Miradas y sonrisas
Por suerte, es habitual que los chicos de la misma edad acaben juntándose en el lugar de veraneo. ¡Y más o menos es lo que te sucede! Pronto pasas un montón de tiempo con esas nuevas amistades. Y claro, así es más fácil que ocurra lo que llevas soñando desde que llegaste: ¡conocerlo en persona! Gracias a eso sabes cómo se llama y de dónde es. Poco a poco, vas conociéndole mejor: su edad, qué estudia, cuáles son sus pasatiempos preferidos, qué opina de Patito Feo… Más allá de que coincidáis o no en estos puntos, lo importante es que lo ves cada día, os divertís juntos con el grupo y tenéis una gran complicidad. ¡Normal que tus amigas te pregunten si él te gusta!
Las horas pasan volando
¿Recuerdas los días antes de salir de viaje? No te apetecía alejarte de tus amigas y pensabas que esas semanas fuera iban a ser un rollo. Pero desde que estás tantas horas al día con él –sí, vale, y los demás–, ya no piensas en la vuelta a casa. Ir a la playa o a la piscina, salir a dar una vuelta en bicicleta, pasear entre la arboleda… Cada vez que papá y mamá te dan vía libre, te juntas con tu nuevo grupo de amigas y amigos para pasarlo en grande. Cuando te quieres dar cuenta, se ha pasado el tiempo rapidísimo. Vuelta a casa, cena, ducha, a divertirse en familia y a la cama. Pero tardas en dormirte, porque no paras de pensar en cómo estás disfrutando de las vacaciones y de lo mucho que te gusta “él”.
Y de repente, se acabó el verano
Los días pasan uno tras otro, entre juegos, paseos, charlas y chapuzones… hasta que una tarde, al volver a casa, tu madre te recuerda que en un par de días hay que volver. ¡Tu mundo se desmorona! No es justo, pero no se puede hacer nada para evitarlo. Así que el último día lo vives a tope. Te diviertes como nunca antes. ¿Tienes el valor suficiente como para decirle que te gusta? Quizás sí, quizás no. Pero te gustaría seguir en contacto, así que aprovechas que te estás intercambiando el correo electrónico y el móvil con los demás para conseguir los suyos. Él ha sido tu amor de verano, pero quizás más adelante…
¡No lo dejes escapar!
Ése ha sido tu grito de guerra en los últimos días de vacaciones, aunque solamente lo has escuchado tú. Te niegas a que él desaparezca de tu vida con la misma rapidez con que entró. Gracias al correo electrónico y el móvil, podéis seguir en contacto más allá del 31 de agosto. Ahora depende de vosotros que vuestra amistad (y lo que haya surgido) se fortalezca a pesar de la distancia. ¿Cómo? ¡Eso lo dejamos para el siguiente post! ;)

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