viernes, 29 de abril de 2011

Desordenada y (des)contenta?

Desordenada y (des)contenta?

La ropa amontonada sobre la silla, libros por el suelo (y la estantería casi vacía), las llaves de casa entre los CD… ¡Apuesto a que tu habitación está en este estado con bastante frecuencia!  Te justificas diciendo que el tuyo es un caos creativo, que estás demasiado ocupada para ordenar, pero reconozcamos la verdad: ¡vivir en una habitación que se parece a un almacén no queda muy bonito! Así que, lo sentimos pero ¡es hora de ponerse seria con el tema del orden!

Se busca todo desesperadamente
Si no estás convencida de que tu madre tiene razón cuando dice que la ropa no puede estar tirada encima de la silla durante días, intenta imaginar una situación de emergencia, ¡y verás que enseguida empezarás a ordenarlo todo en los cajones! ¿Necesitas un ejemplo? Pues imagina que el chico que tanto te gusta te invita a salir de pronto, y quieres ponerte sí o sí el vestido violeta que compraste el sábado por la tarde, ese que te hace sentir guapa y segura. Lo buscas en el montón de ropa de encima de la silla y nada; registras a fondo los cajones y sigues sin encontrarlo… Cuando finalmente das con él, está hecho un ovillo debajo de la cama, ¡tan arrugado que no hay quién se lo ponga! Tenía razón tu madre: si lo hubieses colgado en el armario, ¡ahora lo podrías lucir! Otra situación muy común es intentar encontrar las llaves. ¿Cuánto tiempo pierdes por la mañana, desesperada, convencida de haberlas dejado encima de la repisa, y acabas encontrándolas en el cajón de los pijamas? En serio, ¿no sería más fácil dejarlas siempre en el mismo sitio? De esa forma no te arriesgarías a llegar tarde a clase, ¡y no tendrías que aguantar la bronca de los profesores! Divertirse , reordenando… Parece imposible, lo sé, ¡pero ¡también ordenar puede ser divertido! Pruébalo dedicándole una tarde a esta tarea: pon tu música preferida de fondo y empieza a colocar en su sitio las cosas más voluminosas. También sería interesante que te hicieras con una caja grande donde meter las cosas que no volverás a usar porque, aunque ahora te parezca imposible, ¡ni te imaginas cuántas encontrarás! Puedes donar ropa, juguetes y viejos CD a alguna asociación benéfica para personas necesitadas, y de este modo, además de ganar espacio, harás una buena acción.
Los beneficios del orden
¡Una vez esté todo en su sitio, hasta te sentirás mejor! El orden en la habitación te hará sentir mejorar mentalmente y lo verás todo con más claridad. Por no hablar también de la comodidad de poder invitar a tus amigas cuando quieras, poder decirles que se sienten en una silla que no esté llena de ropa y libros y no tener que decir siempre: “¡Perdonad el desorden!”. La última cosa, pero más importante, ¡no tendrás que volver a discutir con tu madre! ¡Yo diría que ese es un motivo más que suficiente para arremangarse y pasar un domingo poniendo orden!

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